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Maraxe Fisioterapia

La vejiga y alguna de sus cosas

Actualizado: 24 ene

Advertencia: la vejiga no es el único órgano que sostiene tu suelo pélvico y tampoco sostiene solo a este órgano y solo órganos, un poco enrevesado pero real. Y, además no tiene la labor de sostén solo la musculatura, este escrito es para darte pistas sobre cómo su cuidado influye en tu bienestar general, no para crear preocupación o que se piense que todo gira alrededor de la vejiga. Ante cualquier duda puedes comentar y si te da pistas de que algo no va bien y acudes a tu profesional sanitario de referencia estupendo. Hacer valoraciones previene. En esta época en la que la divulgación da mucha información nos hacemos cargo de que tras contar cositas hay una responsabilidad de dar este tipo de explicaciones para no generar preocupaciones innecesarias, sobre todo cuando hablamos de salud. Ahora ya sí, al lío.


La vejiga es un órgano muscular, ¿qué significa esto? Pues mejor te ponemos una imagen:





Como ves está conformado por varias fibras musculares que se superponen, entrelazan, giran y forman este órgano. Además, tienen una propiedad denominada compliancia que supone que se haga más grande o más pequeña según nuestras necesidades fisiológicas. Esto quiere decir que las micciones diarias normales deberían rondar las 5-8 (4-10 según otros autores) tanto para mujeres como para hombres para que tenga un tamaño con una capacidad de entre 400-800 ml (otros se debaten entre 500-700ml).


Que la capacidad y el número de micciones va de la mano implica que si orinamos con mucha frecuencia, la vejiga precisará menor espacio de almacenamiento pudiendo llegar a crear una microvejiga por adaptación al volumen. Y al revés, si solo hacemos pis dos veces al día -por ejemplo- aumentará su tamaño para poder cargar con toda la orina que probablemente supere esos 800 ml. Estas dos situaciones pueden generar problemas en forma de urgencias miccionales, incontinencias urinarias, prolapsos (descenso del órgano), sensaciones de pesadez, molestias o dolor.


La solución no pasa por de repente forzar esa musculatura, eso sería como pretender ir a un gimnasio un día y al siguiente tener unos brazos dignos de Stallone o Swarcheneagger. Pasa por rehabilitar su tamaño con profesionales especializados que nos personalicen muchísimo las pautas a seguir para no generar más daño que bien.


Prueba a sostener una sandía (en su buena época eh) entre los brazos, menos dramático en cuanto a peso es un globo lleno de agua, pero la cuestión es que lo que sostiene esa vejiga grande es un 20% de musculatura y un 80% de tejido conjuntivo -dependiendo de autores aquí también hay controversia en los tantos por cien-. Pues bien, prueba a caminar un kilómetro con ese melón en brazos, mete algún saltito para hacerlo interesante y fíjate en cómo reaccionan y qué sensaciones notas en tus brazos o tu espalda. El efecto en el suelo pélvico es similar, pero hay una gran diferencia, puedes soltar el melón en cualquier momento y descansar, la musculatura del suelo pélvico y sus tejidos no, tienen que sostener además al útero y recto (o próstata), y no olvidemos que hay un tronco y miembros superiores por encima, no todo lo sustenta la parte inferior, pero sí todas las partes del cuerpo tienen sus implicaciones sobre las demás, sea por tensiones o pesos. Sus fibras musculares son más similares a las del cuello -que soporta a la cabeza todo el día- que a las de brazos, pero es un ejemplo bastante gráfico para que veas qué podemos evitar y cómo prevenir.


Visto esto también puedes pensar en los efectos del estreñimiento y la acumulación de heces, que tantos quebraderos de cabeza supone cuando se sufre, también el peso de un bebé dentro de un útero y el impacto sobre estas estructuras. Un útero o una próstata agrandada por patología también supondrá un esfuerzo a mayores, pero hay situaciones que está en nuestra mano solucionar y otras para las que necesitamos refuerzos. Prevenir es primordial, y también el autocuidado.


Como ves en ciencias de la salud hay datos que a veces pueden ser flexibles, de ahí la importancia de seguir investigando y formándose y leyendo ciencia, que ese es otro cantar. Los profesionales de la salud implicados en estos temas los puedes encontrar desde la urología, neurología si es el caso, fisioterapia de suelo pélvico y donde se tenga que derivar si es el caso.


Aquí abajo tienes comentarios para tus dudas o sugerencias.

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